miércoles, 21 de octubre de 2009

Con la punta de la lengua.


El placer de un sabor se centra en la lengua y el paladar, aunque a menudo no comienza por allí, sino en el recuerdo. Y parte esencial de ese placer reside en los otros sentidos, la vista, el olfato, el tacto, incluso el oído. El sabor se asocia con la sexualidad mucho más de lo que los puritanos desearían. La piel, los pliegues del cuerpo y las secreciones tienen sabores fuertes y definidos, tan personales como el olor. Así como el aroma del cuerpo es excitante, del mismo modo lo es el de la comida fresca y bien preparada. Los olores de la buena cocina no sólo me hacen salivar, también me hacen palpitar de un deseo que si no es erótico, se parece mucho. Cierra los ojos y trata de recordar la fragancia exacta de una sartén con aceite de oliva donde se fríen cebollas delicadas, nobles dientes de ajo, estoicos pimientos y tomates tiernos. Ahora imagina cómo cambia ese olor cuando dejas caer en la sartén tres hebras de azafrán y enseguida un pescado fresco marinado en hierbas y finalmente un chorro de vino y el jugo de un limón... El resultado es tan estimulante como el más sensual de los efluvios.
Versión libre de un texto de Afrodita de Isabel Allende


Con
la comida me pasa como con el sexo:
Miro, huelo, acaricio con la punta de la lengua, saboreo con la boca...
Me tomo mi tiempo.

viernes, 28 de agosto de 2009

Lie with me

Una concurrida fiesta privada parecía el lugar ideal: Buscaba un encuentro sexual breve e intenso con un hombre. Sin compromisos, sin teléfonos, sin nombres... Sus ojos se encontraron con los de él entre la multitud. Las pupilas se le dilataron por el deseo, lo había encontrado. Empieza a acercarse a él mientras le sostiene la mirada. En eso, una mujer que él tiene a su lado, lo besa para reclamar su atención. Laila se detiene. Da la vuelta y de camino a la salida coge a un chico que parece fuera de lugar en esa fiesta.
- Quieres follar?.- le pregunta mientras lo arrastra de la mano hasta la parte trasera de la casa.

Antes de salir cruza una última mirada invitadora con el otro chico.


Una vez fuera empuja al tímido muchacho contra una valla, se arrodilla, le baja los pantalones y empieza a hacerle una felación.
El chico no atina más que a mirarla allí de rodillas, alucinado mientras ella se lo come con la boca... No pasan ni tres minutos cuando llega un coche que aparca a unos seis metros. David, el conductor, es el chico que había cruzado la mirada en la fiesta con Laila. No va solo. En el asiento del copiloto, su novia. David no le quita los ojos a Laila mientras ésta, fuera y de espaldas al coche, le hace la felación al "chico tímido". Su novia, empezando a sentirse ignorada, se va directa al regazo de David, le baja la cremallera y... David se "deja hacer" dentro del coche sin apartar la vista de Laila. La misma Laila que se sabe observada. La Laila que se alza, se quita las bragas, se gira de espaldas al muchacho aún apoyado en la valla y mirando directamente a David a través del parabrisas le dice al chico antes de que éste la penetre;
- No te corras "chico tímido". No te corras.

La escena que sigue es de una tensión sexual increíble. El juego de miradas entre David y Laila a través del parabrisas mientras a David se lo está "follando" su novia y Laila se está dejando "follar" es de lo mejor que he visto en mucho tiempo.

"Lie with me", es una película "lenta", de encuentros sexuales y desencuentros.
De pulsiones que necesitan ser cubiertas y de sentimientos que se enredan. Nos enredan.

Tres semanas hace que la vi (en DVD) y aunque en un principio no me "impactó" te aseguro que el tiempo a hecho que no pueda quitármela de la cabeza.

Impresionantes la habitación de David y la cara de Lauren Lee Smith (la actriz que da vida a Laila).

Sinopsis de "Lie with me".
Trailer

lunes, 3 de agosto de 2009

Haiku


Te acercas a mí
con el olor

del pasto matinal

recién cortado:

mis pezones se endurecen.


Haiku de Yuko Kawano

domingo, 2 de agosto de 2009

Tu olor


Suena el teléfono.
Rrrrrrrrrrring... Rrrrrrrrrrring...
- Sí?.

- Caperucita, tu olor aún me deja temblando...

- Jaume? Cuanto tiempo!! Vaya modo de iniciar una conversación después de... Cuánto? Cinco años hace que no nos vemos?...

- Cuatro años, siete meses y un par de semanas...

- Jaume! Llevas la cuenta!!??

- No exactamente... Lo siento, no sé porqué te he llamado. Bueno sí!! Estaba trabajando acuclillado, organizando el material de uno de los estantes y de repente... tu olor... No me lo podía creer!! Estabas allí... Me he incorporado despacio, sin darme la vuelta, mis manos aferradas al bote de pintura, el pulso descontrolado, mi sexo palpitando... los ojos cerrados, intentando no recordar tu olor en la penumbra de tu habitación..."no veo nada Caperucita", "relájate, no lo necesitas" -me decías mientras te sentía detrás de mi...
Tus manos quitándome la camiseta, tu respiración murmurando un "no te gires" en mi nuca ... tus generosos pechos rozando mi espalda desnuda...
Privado del sentido de la vista... respirando tu olor...
Acariciabas mis brazos, mi espalda, mi vientre...Sentía tus labios besando mis hombros, mientras tus dedos liberaban mi sexo erecto de la prisión del pantalón...todo en completa oscuridad, sin poderte ver, sólo tus caricias, tu olor...
Tu húmeda boca al final de mi espalda siempre provocaba una descarga indescriptible por toda mi médula...

- Disculpe, dónde tienen la pintura de exteriores?.
La pregunta me trajo de vuelta a la realidad mojado y todavía temblando. No eras tú, Caperucita. Llevaba tu perfume pero no era tu olor. En cuanto me giré supe que ella no me excitaría como lo hacías tú. Nadie lo hace. Has hecho de mi un puto perro de Paulov!!

- Jaume...

CLICK!

- Jaume...??

Tuuuuuut...Tuuuuuut...Tuuuuuuut....


La ciencia ha comprobado recientemente aquello que, sin tanto estudio, toda mujer sabe desde hace milenios: el deseo amoroso empieza en la nariz. El olfato es, desde el punto de vista de la evolución, nuestro sentido más antiguo. Es preciso, rápido, poderoso, y se graba en la memoria con tenaz persistencia, de ahí el éxito de los perfumes, cuyo secreto es usar siempre el mismo, hasta convertirlo en un sello personal e intransferible, algo que nos identifica. Cleopatra lo sabía, y como todo en ella, lo llevaba al extremo. La brisa anunciaba en los puertos el arribo de su nave dorada con horas de anticipación, porque transportaba la fragancia de rosas de Damasco con que esa reina hechizante hacía impregnar el velamen.

domingo, 12 de julio de 2009

Ella...


Ella... Rubia, de intensa mirada azul, caliente...
Cuando estamos juntas la gente nos mira.
Yo tan morena y ella tan pálida.

Llamamos la atención. Eso me excita.

- Te he echado de menos -me susurra mientras intenta que me quite la ropa.
- Espera, no estamos solas, van a vernos...! - exclaman m
is malditos tabúes.
- Eso es lo que quiero. Quiero que vean como acaricio despacio todo tu cuerpo. Primero tus piernas. Ascenderé muuuuuy despacio por ellas hasta llegar a tu monte de Venus, ahí me pienso tomar mi tiempo y para cuando llegue a tu ombligo, tu pecho te pedirá a gritos que lo liberes para que pueda sentir mi aliento...

- Compórtate, nos están mirando...
- Que miren. Extiende los brazos por encima de tu cabeza, quiero que vean bien lo que pienso hacerle a tu pecho...

- Como sigas así nos van a echar por escándalo público...
- Shhhhhsshh... Relájate. Siempre dices que los hombres no saben acariciar un pecho femenino. Les vamos a enseñar cómo se hace... Sabrán cuando estás preparada por tu espalda... la arquearás hacia mí como ofreciéndomelos y entonces lentamente ascenderé desde tu estómago, donde me había quedado. Lo primero que notarás cuando llegue a ellos será mi aliento en la base. Entonces lento, muy lento, iré saboreándolos tranzando todo su contorno. Primero uno y luego el otro. Acercándome al pezón pero sin tocarlo. Ellos no lo saben pero el pezón está conectado con el útero. Cada vez que notes mi aliento sobre tus pezones, tu útero se contraerá, con cada contracción te excitarás más y cuanto más excitada estés, me lo pedirás...
- Por favor...

- Por favor, qué?. Que me los meta en la boca y succione? No puedo, ya lo sabes...
- Maldición!!

- Oye! donde vas?.

- A refrescarme al mar!!


Eres lesbiana? -me preguntó hace poco un hombre atractivo.
Me sonreí. Hay tanta gente que lo piensa que ya no me viene de nuevo.

No, no lo soy -le contesté.

Hoy he descubierto que mi respuesta no era del todo cierta...

Ella
, la playa, es mi relación lesbiana.

lunes, 6 de julio de 2009

Vacíos.


Mira mis ojos.
Hoy hace un año.

Un año...

que mis manos no recorren caminos de piel,

y mi aliento no se tronca suspiro.

Un año sin besos,
sin gemidos.

"Las frustraciones, los miedos
van pasando de cuerpo en cuerpo
transmitiéndose como enfermedades contagiosas
de carácter crónico
heredándose como armarios llenos de fantasmas
como una carga genética implacable
transferida de unas generaciones a otras
de un amante dañado a otro
sin apenas límite ni detención.
[..]
Y aquí me encuentro yo
en ese punto de la historia
cargando
creo
con tus fantasmas
esos que tú heredaste de tus padres
de tu anterior amante
heredados a su vez
de otros corazones
sombras de otros siglos
sin tener claro el epicentro del temblor.

El caso es que las réplicas
que hacen desmoronarse
esta ciudad de ilusiones
que construimos
vienen una y otra vez.
Y qué quieres que te diga
no pienso llevar de la mano a nadie
hasta ese laberinto en el que yo también estoy
no pienso regalar billetes
para un paraíso de frustraciones
de temores, de traumatismos de otros hombres.

Haré todo lo posible para que estos dolores
se acaben dentro de mi
para no darle lesiones gratuitas
a quien no se las merece
para que nadie sepa lo que tuve que pasar.
Haré todo lo posible
para que nadie reviva
ni una réplica del primer temblor
y que el aleteo de la mariposa
deje los monzones olvidados
en cualquier cajón de mi casa.
Que todo el dolor gota a gota
igual que entró en mi cuerpo
se vaya marchando
facturado en 300 vuelos
hacía ninguna parte".
Marwan

Mira mis ojos.
Hoy hace un año que están vacíos.

Vacíos de gemidos.

jueves, 2 de julio de 2009

Acaríciate.


Sigue así, quiero mirarte, yo te he mirado mucho, pero no eras para mí, ahora eres para mí, no te acerques, te lo ruego, quédate donde estás, tenemos una noche para nosotros, y yo quiero mirarte, nunca te he visto así, tu cuerpo para mí, tu piel, cierra los ojos, y ACARÍCIATE, te lo ruego, no abras los ojos si te es posible, y acaríciate, son tan hermosas tus manos, he soñado con ellas tantas veces, ahora las quiero ver, me gusta verlas sobre TU PIEL, así, te lo ruego, continúa, no abras los ojos, yo estoy aquí, nadie nos puede ver y yo estoy cerca de ti, acaríciate, acaricia tu sexo, te lo ruego, despacio, es hermosa tu mano en tu sexo, no te detengas a mí me gusta mirarla y mirarte, no abras los ojos, todavía no, no debes tener miedo, estoy cerca de ti, ¿me sientes?, estoy aquí, te puedo rozar, esto es SEDA, ¿la sientes?, es la seda de mi vestido, no abras los ojos y tendrás mi piel, tendrás mis labios, cuando te toque por primera vez será con mis LABIOS, tú no sabrás dónde, de repente sentrirás el calor de mis labios sobre ti, no puedes saber dónde si no abres los ojos, no los abras, sentirás mi boca donde no sabes, de repente, tal vez sea en tus ojos, apoyaré mi BOCA sobre los párpados y las pestañas, sentirás entrar el calor en tu cabeza, y mis labios en tus ojos, dentro, o tal vez sea EN TU SEXO, apoyaré mis labios, allá abajo, y los abriré bajando poco a poco, dejaré que tu sexo entreabra mi boca, entrando entre mis labios, y empujando mi lengua, mi saliva descenderá por tu piel hasta tu mano, mi beso y tu mano, uno dentro de la otra, sobre tu sexo...
SEDA de Alessandro Baricco.

jueves, 18 de junio de 2009

Si yo fuera mujer...


Siempre que oigo de boca de un hombre la frasecita de marras:
"
Si yo fuera mujer sería más puta que las gallinas".
Me dan unas ganas tremendas de chasquear los dedos y concederle al "insensato" senos y vagina.

En su lugar siempre recurro al razonamiento (craso error!):


Querido "Insensato",

Si fueras mujer,
habrías de lidiar con toda clase de "prejuicios" sociales (los de esta sociedad judeo-cristiana) y sexuales (los tuyos y los de tus amantes).
Si fueras mujer
serías poco menos que un "objeto". De "deseo", sí!, pero sólo si estás lo suficientemente "buena" y (además) eres lo suficientemente "sencilla" como para no cuestionar el "buen hacer" del macho que ha tenido a bien "invertir en ti" su intelecto, tiempo y dinero.
Si fueras mujer,
cobrarías menos por más, follarías menos y mal (que el patio "amantes" deja mucho que desear) y estarías hasta el moño de "controlar" para que el "otro" no "descontrole" y dure más.
Si fueras mujer,
no podrías hablar de sexo con los hombres porque donde tú dices "quiero..." o "creo...", ellos añaden cualquier término soez que te baja la lívido y te aturde el intelecto.
Si fueras mujer,
además de "ser más puta que las gallinas", habrías de ser "niñera", "madre", "empleada", "esposa devota" y "chacha". Eso sí, mira de no perder el "sex-appeal" entre tanto puriempleo no vaya a ser que ni "gallina", ni "puta", ni nada de nada.
Si fueras mujer
te ibas a quedar de piedra cuando "otra" menos "gallina" (léase "puta") o más frígida (léase "la futura madre de mis hijos") se beneficia de casa, cuerpo, estabilidad y el "respeto" de ese "gallo" que se te ha estado trajinando.
Si fueras mujer,
(y no tuvieras en cuenta todo esto que te he dicho), por el camino te ibas a encontrar con arpías de tu mismo género (sorpresa!) que se iban a encargar de dejarle bien claro a todo el mundo que "tipo de mujer eres". No sea que tú llegues donde sus prejuicios y "categoría" no llegan.
Si fueras mujer,
ni se te pasaría por la cabeza (por la cuenta que te trae) pensar o decir; "sería más puta que las gallinas".

Si fueras mujer desearías haber nacido hombre, créeme!!

lunes, 15 de junio de 2009

Lunas



Lo sabía.
Hoy te vería.

Y cuando he salido a la plaza, allí estabas.

De frente. Hablando con alguien, no decías nada.

Te he mirado y me he dicho;
¿Cómo es posible?.
Te he tenido en mi boca, en el sofá, en mi cama y ahora no siento NADA.

Y entonces ...
Recuerdo...


...Tu cama, el color grana de la pared clavado en mis pupilas y al bajarlas, ahí estás.
Siento el calor de tu pecho bajo mis palmas y tu mirada.
Joder! tu mirada!
"No te contengas -me decías- grita, no pasa nada".

Me aferrabas por las caderas y hacías eso que tanto me gustaba.

"Pero qué estás haciendo?"- te preguntaba asombrada.

"Da igual, -rectificaba rauda- no quiero saberlo, no dejes de hacerlo, por favor!" -te suplicaba bajito- "No dejes de hacerlo..."

Oh Dios! ahí estaba, el placer. Ascendía en oleadas. Pulsaba dentro de mi, mientras me echaba hacia atrás y mi melena te acariciaba las piernas.
"Joder cómo te mueves"- murmurabas mientras me sujetabas ahora de la cintura.
"Qué curvas tienes... -decías...

"Para! -me suplicabas-...Dame un minuto. Para!"

Y paraba, yo siempre paraba...

Volvía a alzarme y te miraba mientras recuperabas el control de tu cuerpo...

Ahí estabas, estirado cuan largo eres, debajo mío, entre mis piernas.

El cuello en un arco imposible, los brazos tensos, tus manos aferradas a mis pechos, mordiéndote el labio, con los ojos cerrados y respirando... respirando...

Te acariciaba el pecho, los brazos, me inclinaba sobre ti... y entonces sentía de nuevo como te movías dentro de mí... otra vez.

"Dios! cómo me gusta sentir el peso de tu pecho" -murmurabas bajito sin abrir los ojos, mientras te sentía crecer dentro con cada movimiento.
Me alzaba de nuevo y mis palmas sustituían a mi pecho encima de tu pecho... y tú...
Tú me mirabas. Ahí estaba, "esa mirada" ...

"No, no, no! -te decía- Estoy demasiado excitada... Te haré daño..."

"No me lo harás" -me decías mientras ponías tu mano encima de la mía y apretabas para que te clavara mis uñas en la piel- "No me lo harás..."

Intentaba retirar las manos y tú apretabas y apretabas...La idea de hacerte daño paralizaba mis caderas y entonces me volteabas y tomabas el mando. Tú encima, yo debajo. Acelerabas para que yo no pensara. Y no pensaba. No pensaba...

Estaba tan excitada...

Mis manos volaban, las sábanas, la almohada, necesitaban asirse a algo...

"Agárrate a mí -me tranquilizabas- me gusta sentir tus uñas, clávamelas..."

Mis manos dejaban las sábanas y mis uñas se aferraban a tu espalda...

Dios! -pensaba- acabarás lleno de marcas...

Siempre acababas lleno de marcas.

Lunas
, las llamábamos.
A las marcas del placer de mis uñas en tu piel.
Conmigo descubriste que el dolor te excitaba...
"No puedo más -murmurabas- no puedo más..."

...TANTO...

Recuerdos....

Lo presentía.

Hoy te vería.

Y cuando he salido a la plaza, ahí estabas.
De pie. Hablando con alguien, sin decir nada.

Te he mirado y me he dicho:
¿Cómo es posible?
Te he tenido en mi boca, en mi cama, he sentido tu sudor en mi espalda y ahora.... cuando te miro, NO SIENTO NADA.


Y "ella"?. Ahí, a tu lado. Rubia, alta, delgada.
Sin curvas, apenas pecho.

Ibais cogidos de la mano. Tiene manos de chico. De uñas cortas.

No lo entiendo.
Lo intento, joder! pero no te entiendo...
No entiendo a los hombres.
No os entiendo.