jueves, 18 de junio de 2009

Si yo fuera mujer...


Siempre que oigo de boca de un hombre la frasecita de marras:
"
Si yo fuera mujer sería más puta que las gallinas".
Me dan unas ganas tremendas de chasquear los dedos y concederle al "insensato" senos y vagina.

En su lugar siempre recurro al razonamiento (craso error!):


Querido "Insensato",

Si fueras mujer,
habrías de lidiar con toda clase de "prejuicios" sociales (los de esta sociedad judeo-cristiana) y sexuales (los tuyos y los de tus amantes).
Si fueras mujer
serías poco menos que un "objeto". De "deseo", sí!, pero sólo si estás lo suficientemente "buena" y (además) eres lo suficientemente "sencilla" como para no cuestionar el "buen hacer" del macho que ha tenido a bien "invertir en ti" su intelecto, tiempo y dinero.
Si fueras mujer,
cobrarías menos por más, follarías menos y mal (que el patio "amantes" deja mucho que desear) y estarías hasta el moño de "controlar" para que el "otro" no "descontrole" y dure más.
Si fueras mujer,
no podrías hablar de sexo con los hombres porque donde tú dices "quiero..." o "creo...", ellos añaden cualquier término soez que te baja la lívido y te aturde el intelecto.
Si fueras mujer,
además de "ser más puta que las gallinas", habrías de ser "niñera", "madre", "empleada", "esposa devota" y "chacha". Eso sí, mira de no perder el "sex-appeal" entre tanto puriempleo no vaya a ser que ni "gallina", ni "puta", ni nada de nada.
Si fueras mujer
te ibas a quedar de piedra cuando "otra" menos "gallina" (léase "puta") o más frígida (léase "la futura madre de mis hijos") se beneficia de casa, cuerpo, estabilidad y el "respeto" de ese "gallo" que se te ha estado trajinando.
Si fueras mujer,
(y no tuvieras en cuenta todo esto que te he dicho), por el camino te ibas a encontrar con arpías de tu mismo género (sorpresa!) que se iban a encargar de dejarle bien claro a todo el mundo que "tipo de mujer eres". No sea que tú llegues donde sus prejuicios y "categoría" no llegan.
Si fueras mujer,
ni se te pasaría por la cabeza (por la cuenta que te trae) pensar o decir; "sería más puta que las gallinas".

Si fueras mujer desearías haber nacido hombre, créeme!!

lunes, 15 de junio de 2009

Lunas



Lo sabía.
Hoy te vería.

Y cuando he salido a la plaza, allí estabas.

De frente. Hablando con alguien, no decías nada.

Te he mirado y me he dicho;
¿Cómo es posible?.
Te he tenido en mi boca, en el sofá, en mi cama y ahora no siento NADA.

Y entonces ...
Recuerdo...


...Tu cama, el color grana de la pared clavado en mis pupilas y al bajarlas, ahí estás.
Siento el calor de tu pecho bajo mis palmas y tu mirada.
Joder! tu mirada!
"No te contengas -me decías- grita, no pasa nada".

Me aferrabas por las caderas y hacías eso que tanto me gustaba.

"Pero qué estás haciendo?"- te preguntaba asombrada.

"Da igual, -rectificaba rauda- no quiero saberlo, no dejes de hacerlo, por favor!" -te suplicaba bajito- "No dejes de hacerlo..."

Oh Dios! ahí estaba, el placer. Ascendía en oleadas. Pulsaba dentro de mi, mientras me echaba hacia atrás y mi melena te acariciaba las piernas.
"Joder cómo te mueves"- murmurabas mientras me sujetabas ahora de la cintura.
"Qué curvas tienes... -decías...

"Para! -me suplicabas-...Dame un minuto. Para!"

Y paraba, yo siempre paraba...

Volvía a alzarme y te miraba mientras recuperabas el control de tu cuerpo...

Ahí estabas, estirado cuan largo eres, debajo mío, entre mis piernas.

El cuello en un arco imposible, los brazos tensos, tus manos aferradas a mis pechos, mordiéndote el labio, con los ojos cerrados y respirando... respirando...

Te acariciaba el pecho, los brazos, me inclinaba sobre ti... y entonces sentía de nuevo como te movías dentro de mí... otra vez.

"Dios! cómo me gusta sentir el peso de tu pecho" -murmurabas bajito sin abrir los ojos, mientras te sentía crecer dentro con cada movimiento.
Me alzaba de nuevo y mis palmas sustituían a mi pecho encima de tu pecho... y tú...
Tú me mirabas. Ahí estaba, "esa mirada" ...

"No, no, no! -te decía- Estoy demasiado excitada... Te haré daño..."

"No me lo harás" -me decías mientras ponías tu mano encima de la mía y apretabas para que te clavara mis uñas en la piel- "No me lo harás..."

Intentaba retirar las manos y tú apretabas y apretabas...La idea de hacerte daño paralizaba mis caderas y entonces me volteabas y tomabas el mando. Tú encima, yo debajo. Acelerabas para que yo no pensara. Y no pensaba. No pensaba...

Estaba tan excitada...

Mis manos volaban, las sábanas, la almohada, necesitaban asirse a algo...

"Agárrate a mí -me tranquilizabas- me gusta sentir tus uñas, clávamelas..."

Mis manos dejaban las sábanas y mis uñas se aferraban a tu espalda...

Dios! -pensaba- acabarás lleno de marcas...

Siempre acababas lleno de marcas.

Lunas
, las llamábamos.
A las marcas del placer de mis uñas en tu piel.
Conmigo descubriste que el dolor te excitaba...
"No puedo más -murmurabas- no puedo más..."

...TANTO...

Recuerdos....

Lo presentía.

Hoy te vería.

Y cuando he salido a la plaza, ahí estabas.
De pie. Hablando con alguien, sin decir nada.

Te he mirado y me he dicho:
¿Cómo es posible?
Te he tenido en mi boca, en mi cama, he sentido tu sudor en mi espalda y ahora.... cuando te miro, NO SIENTO NADA.


Y "ella"?. Ahí, a tu lado. Rubia, alta, delgada.
Sin curvas, apenas pecho.

Ibais cogidos de la mano. Tiene manos de chico. De uñas cortas.

No lo entiendo.
Lo intento, joder! pero no te entiendo...
No entiendo a los hombres.
No os entiendo.