lunes, 15 de junio de 2009

Lunas



Lo sabía.
Hoy te vería.

Y cuando he salido a la plaza, allí estabas.

De frente. Hablando con alguien, no decías nada.

Te he mirado y me he dicho;
¿Cómo es posible?.
Te he tenido en mi boca, en el sofá, en mi cama y ahora no siento NADA.

Y entonces ...
Recuerdo...


...Tu cama, el color grana de la pared clavado en mis pupilas y al bajarlas, ahí estás.
Siento el calor de tu pecho bajo mis palmas y tu mirada.
Joder! tu mirada!
"No te contengas -me decías- grita, no pasa nada".

Me aferrabas por las caderas y hacías eso que tanto me gustaba.

"Pero qué estás haciendo?"- te preguntaba asombrada.

"Da igual, -rectificaba rauda- no quiero saberlo, no dejes de hacerlo, por favor!" -te suplicaba bajito- "No dejes de hacerlo..."

Oh Dios! ahí estaba, el placer. Ascendía en oleadas. Pulsaba dentro de mi, mientras me echaba hacia atrás y mi melena te acariciaba las piernas.
"Joder cómo te mueves"- murmurabas mientras me sujetabas ahora de la cintura.
"Qué curvas tienes... -decías...

"Para! -me suplicabas-...Dame un minuto. Para!"

Y paraba, yo siempre paraba...

Volvía a alzarme y te miraba mientras recuperabas el control de tu cuerpo...

Ahí estabas, estirado cuan largo eres, debajo mío, entre mis piernas.

El cuello en un arco imposible, los brazos tensos, tus manos aferradas a mis pechos, mordiéndote el labio, con los ojos cerrados y respirando... respirando...

Te acariciaba el pecho, los brazos, me inclinaba sobre ti... y entonces sentía de nuevo como te movías dentro de mí... otra vez.

"Dios! cómo me gusta sentir el peso de tu pecho" -murmurabas bajito sin abrir los ojos, mientras te sentía crecer dentro con cada movimiento.
Me alzaba de nuevo y mis palmas sustituían a mi pecho encima de tu pecho... y tú...
Tú me mirabas. Ahí estaba, "esa mirada" ...

"No, no, no! -te decía- Estoy demasiado excitada... Te haré daño..."

"No me lo harás" -me decías mientras ponías tu mano encima de la mía y apretabas para que te clavara mis uñas en la piel- "No me lo harás..."

Intentaba retirar las manos y tú apretabas y apretabas...La idea de hacerte daño paralizaba mis caderas y entonces me volteabas y tomabas el mando. Tú encima, yo debajo. Acelerabas para que yo no pensara. Y no pensaba. No pensaba...

Estaba tan excitada...

Mis manos volaban, las sábanas, la almohada, necesitaban asirse a algo...

"Agárrate a mí -me tranquilizabas- me gusta sentir tus uñas, clávamelas..."

Mis manos dejaban las sábanas y mis uñas se aferraban a tu espalda...

Dios! -pensaba- acabarás lleno de marcas...

Siempre acababas lleno de marcas.

Lunas
, las llamábamos.
A las marcas del placer de mis uñas en tu piel.
Conmigo descubriste que el dolor te excitaba...
"No puedo más -murmurabas- no puedo más..."

...TANTO...

Recuerdos....

Lo presentía.

Hoy te vería.

Y cuando he salido a la plaza, ahí estabas.
De pie. Hablando con alguien, sin decir nada.

Te he mirado y me he dicho:
¿Cómo es posible?
Te he tenido en mi boca, en mi cama, he sentido tu sudor en mi espalda y ahora.... cuando te miro, NO SIENTO NADA.


Y "ella"?. Ahí, a tu lado. Rubia, alta, delgada.
Sin curvas, apenas pecho.

Ibais cogidos de la mano. Tiene manos de chico. De uñas cortas.

No lo entiendo.
Lo intento, joder! pero no te entiendo...
No entiendo a los hombres.
No os entiendo.



3 comentarios:

  1. Ya veo que esto toma cuerpo caperucita..
    Me alegro. Bonito Blog.

    ResponderEliminar
  2. Ostia Iniesteeeee...

    !!Pedazo Follá!!

    Niñaaa no lo había leido, se me pasó el otro día, hoy con mas tiempo... joder ya me he puesto berraco de buena mañana y la colega durmiendo por que se fue anoche de marcha...

    Humm ya se, me bajo a bajo a ver si parto unas cuantas nueces para aprovechar la trempera jajajaja

    One kiss, 'ta' chulo el texto caperucita...

    ResponderEliminar
  3. ... Querida Caperucita, he llegado hasta este Bosque (en rojo) y como "Lobo" he querido seguirte los pasos,...
    de cerca... con la precaución de no asaltarte antes de que llegues a casa de tu abuelita, porque quiero saber que puedo encontrame una vez allí.

    Y al hacerme seguidor tuyo, compruebo que mi "color" es el opuesto al de tu caperuza, en el círculo cromático. (jeje)

    Pero sabes? tenemos mucho en común, más de lo que piensas. Así que -inocente criatura- pasaré por aquí porque quiero comprobar si es cierto que "en el Cuento" le ganasté "la mano" al Canis Lupus.

    Un... aullido.

    ResponderEliminar