domingo, 2 de agosto de 2009

Tu olor


Suena el teléfono.
Rrrrrrrrrrring... Rrrrrrrrrrring...
- Sí?.

- Caperucita, tu olor aún me deja temblando...

- Jaume? Cuanto tiempo!! Vaya modo de iniciar una conversación después de... Cuánto? Cinco años hace que no nos vemos?...

- Cuatro años, siete meses y un par de semanas...

- Jaume! Llevas la cuenta!!??

- No exactamente... Lo siento, no sé porqué te he llamado. Bueno sí!! Estaba trabajando acuclillado, organizando el material de uno de los estantes y de repente... tu olor... No me lo podía creer!! Estabas allí... Me he incorporado despacio, sin darme la vuelta, mis manos aferradas al bote de pintura, el pulso descontrolado, mi sexo palpitando... los ojos cerrados, intentando no recordar tu olor en la penumbra de tu habitación..."no veo nada Caperucita", "relájate, no lo necesitas" -me decías mientras te sentía detrás de mi...
Tus manos quitándome la camiseta, tu respiración murmurando un "no te gires" en mi nuca ... tus generosos pechos rozando mi espalda desnuda...
Privado del sentido de la vista... respirando tu olor...
Acariciabas mis brazos, mi espalda, mi vientre...Sentía tus labios besando mis hombros, mientras tus dedos liberaban mi sexo erecto de la prisión del pantalón...todo en completa oscuridad, sin poderte ver, sólo tus caricias, tu olor...
Tu húmeda boca al final de mi espalda siempre provocaba una descarga indescriptible por toda mi médula...

- Disculpe, dónde tienen la pintura de exteriores?.
La pregunta me trajo de vuelta a la realidad mojado y todavía temblando. No eras tú, Caperucita. Llevaba tu perfume pero no era tu olor. En cuanto me giré supe que ella no me excitaría como lo hacías tú. Nadie lo hace. Has hecho de mi un puto perro de Paulov!!

- Jaume...

CLICK!

- Jaume...??

Tuuuuuut...Tuuuuuut...Tuuuuuuut....


La ciencia ha comprobado recientemente aquello que, sin tanto estudio, toda mujer sabe desde hace milenios: el deseo amoroso empieza en la nariz. El olfato es, desde el punto de vista de la evolución, nuestro sentido más antiguo. Es preciso, rápido, poderoso, y se graba en la memoria con tenaz persistencia, de ahí el éxito de los perfumes, cuyo secreto es usar siempre el mismo, hasta convertirlo en un sello personal e intransferible, algo que nos identifica. Cleopatra lo sabía, y como todo en ella, lo llevaba al extremo. La brisa anunciaba en los puertos el arribo de su nave dorada con horas de anticipación, porque transportaba la fragancia de rosas de Damasco con que esa reina hechizante hacía impregnar el velamen.

5 comentarios:

  1. He estado preso de un "olor" durante mucho, mucho tiempo.
    Al principio buscándolo, luego tratando de evadirlo.
    Hoy se de vivir sin él; pero aún ahora cuando ya es imposible disfrutarlo -como entonces- en privado, lo recuerdo como el primer día.

    Un... beso de "perfumada" presencia, Caperucita.

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  2. Si algo tengo claro es que el olfato, en distancias cortas, le gana el pulso a la vista.
    La vista abre la puerta a nuevas experiencias,
    el olfato es el anfitrión que las rechaza o da la bienvenida.
    Un olor nos tranquiliza, o nos excita, tanto como lo haría una palabra o una caricia.
    ¿Qué nariz no ha buscado ora consuelo, ora el preludio de una excitación en el cuello de su partenaire...?.

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  3. Querido Contacto,
    El sentido del olfato (deberíamos decir del "recuerdo") nos encadena o nos libera así abramos la puerta a nuevas experiencias (y debería decir "olores").

    Te dejo un beso "perfumado de Damasco" y un deseo,
    que te lleguen pronto días preñados de "olores" maravillosos que colmen tu olfato y te ayuden a sobrellevar los olores desagradables que aún perviven en la habitación de tu existencia.

    Un placer saberte al otro lado, Gonzalo.
    Un placer.

    ANA,
    Si mi nariz hablara...
    Un abrazo.

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  4. Sabes? gracias a besos "pefumados de Damasco" y ... más,
    no son desagradables los olores que aún perviven en la habitación de mi existencia; son recuerdos, sí! pero que no cierran la puerta a nuevas experiencias, a nuevos "olores".

    Ha sido genial leerte (que "olfato" más fino tienes).

    El placer es mío, Caperucita.

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  5. Qué cierto es... el olfato... esos olores que permanecen en nuestra memoria, en nuestras entrañas, años y años. Que nos hacen evocar momentos, situaciones, tactos...

    Un saludo

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